Una de las mayores características de la electrónica de control de microfertilizantes motorizados es que la cantidad deseada de fertilizante se esparce con mayor facilidad y que la cantidad deseada que se arroja es la misma que la prevista. En el caso de los microfertilizantes granulados que se aplican mecánicamente, es necesario ajustar el engranaje. Mientras se lanza el microabono mecánico, el flujo de fertilizante de la máquina continúa al principio y al final de las hileras durante la siembra. En cambio, en la aplicación electrónica de abono microgranulado, cuando la velocidad del tractor disminuye por debajo de 3 km, el flujo de abono se detiene y el fertilizante no sale de los cultivos. El agricultor, que puede hacer ajustes precisos en el sistema electrónico, determina la cantidad de abono microgranulado que quiere echar por hectárea y pone en marcha el sistema haciendo ajustes. De este modo, es posible arrojar electrónicamente abono por un valor comprendido entre 5 y 50 kg. Otra ventaja del sistema es que, en caso de avería en los motores o en los cultivos, el usuario recibe un aviso instantáneo. La información sobre la superficie sembrada, la velocidad de siembra y la cantidad de microfertilizante que debe lanzarse se muestran instantáneamente en las pantallas. Por ejemplo, si la cantidad de microfertilizante que se desea lanzar por hectárea es de 30 kg, aparece que la cantidad de fertilizante aplicada instantáneamente corresponde a 30 kg por hectárea.
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